¿Para qué un taller de cajas-nido?
Enmarcado en el Proyecto Mochuelva, antes de las vacaciones de diciembre, los compañeros de 1º ESO del instituto realizaron una actividad dirigida a otra especie de rapaz nocturna: un taller de construcción de cajas-nido para autillo europeo (Otus scops), el más pequeño de nuestros búhos. Ave migradora, que llega a nuestros bosques de ribera, huertos y parques a principios de la primavera, cría aquí y a finales del verano retorna a sus lugares de hibernada en África. Si queréis conocer más cosas interesantes sobre esta especie, os recomendamos que visitéis en este mismo blog el apartado de las rapaces nocturnas de la Serranía, donde tenéis fichas de las diferentes especies presentes en nuestra comarca, que poco a poco iremos ampliando.
Autillo europeo (Otus scops), la más pequeña de las rapaces nocturnas ibéricas
La escasez de agujeros naturales y la disminución de bosques de ribera; en definitiva, la alteración de sus hábitats naturales, y como consecuencia, el descenso de lugares idóneos para que estas aves se reproduzcan, junto a otras circunstancias como la utilización de pesticidas en la agricultura está siendo determinante en la disminución del autillo europeo (Otus scops) y otras especies de rapaces nocturnas como el mochuelo europeo (Athene noctua).
El bosque de ribera es uno de los ecosistemas donde podemos encontrar al autillo europeo
Estas circunstancias nos hicieron plantearnos qué podíamos hacer nosotros para ayudar a estas aves, y surgió esta actividad, que no sólo supone construir las cajas-nido, sino colgarlas, revisarlas y realizar su mantenimiento anual. Por tanto, el objetivo último de estas acciones es el fomento de esta rapaz nocturna, no muy conocida (es mucho más fácil de oír que de ver) y muy beneficiosa para nuestros agricultores por su dieta básicamente insectívora (y en época de cría algún que otro pequeño roedor, anfibio, pajarillo o reptil).
Para la consecución de dicho objetivo, el taller sirvió para proporcionarnos un número de nidales de madera que, semanas después, antes que los autillos llegaran a la Península Ibérica, nosotros, los alumnos de 3º ESO de la asignatura de Laboratorio de Biología junto con nuestra profesora, los colocáramos en lugares apropiados para la reproducción de esta especie.
¿Cómo lo hicimos?
Nuestros amigos de la Societat Valenciana d’Ornitologia (SVO) nos asesoraron en todo el proceso de construcción y colocación de las cajas-nido, y con posterioridad, una vez que nosotros realicemos el control y mantenimiento anual de las mismas, procederán al anillamiento de los pollos de autillo que puedan nacer en los nidales artificiales.
Plano del despiece de la caja nido de autillo que construimos en el taller. Las unidades están expresadas en centímetros.
También contamos con la colaboración de Loli, profesora de Tecnología del centro, que nos dejó utilizar el Taller de Tecnología y las herramientas que necesitamos.
Antes de comenzar la construcción de los nidales, Rosa dio a conocer a los alumnos de primero algunas nociones sobre el autillo
Uno de los grupos del taller comenzando el ensamblaje de las piezas de la caja nido
Los alumnos de primero pusieron mucho empeño en el taller
Acabando el montaje de la caja nido
Finalmente, fueron 5 cajas-nido las que construyeron nuestros compañeros de primero, y contaron también con nuestra ayuda para ultimar los detalles de las mismas, como la colocación de las aldabillas o el acabado con aceite de linaza.
Las cajas-nido están hechas en madera de pino, de 2 cm. de grosor, previamente cortada en diferentes piezas y ensambladas con tornillos de acero inoxidable de 4 cm de largo.
El despiece de las diferentes partes de la caja nido es el siguiente:
* 1 ud. 24×26 (techo)
* 2 ud. 20×30 (laterales)
* 1 ud. 24×30 (trasera)
* 1 ud. 20×20 (suelo)
* 1 ud. 24×30 (frontal), con agujero de 6,5 cm de diámetro, a 5,5 cm de la parte superior.
* 1 listón 24×4 (bisagra)
* 2 bisagras, que se colocarán en el techo (unión listón y pieza del techo)
* 1 sistema de cierre o aldabilla
Además, necesitamos otros materiales como aceite de linaza, tornillos de 4 cm de largo para el ensamblado de las caras de la caja-nido y tornillos adaptados a las bisagras, más pequeños.
Para ello utilizamos las siguientes herramientas: martillo, destornillador o máquina atornilladora, pincel, alicates, taladro, brocas de diferente grosor, lija y sierra de calar.
Finalmente, reciben un acabado a base de aceite de linaza, producto protector de la madera que no resulta perjudicial para las aves, pero de menor acción protectora, por lo que hace necesario que periódicamente se apliquen nuevas capas de este producto. Evitar los barnices y otros productos químicos, de gran toxicidad para la fauna en general.
Los alumnos de tercero dieron el toque final con el protector a base de aceite de linaza
Ya por último, después de identificar la caja mediante un pirograbador, no nos queda otra cosa que dejar que se sequen bien, y ya están dispuestas para ser colgadas en los árboles y recibir a los futuros «inquilinos», pero eso ya será motivo de una próxima entrada del blog. Os invitamos a que la veáis porque en breve estará disponible.
Caja nido acabada, con la identificación pirograbada en el frontal
Cajas nido construidas en el taller secándose después de serles aplicado el protector de madera